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| "Andrómeda y Perseo", pintura de Paolo Veronese. |
MITO PERSEO Y ANDRÓMEDA: En el reino del rey Cefeo, la reina consorte, Casiopea, tuvo la osadía de proclamarse la más bella, más incluso que las ninfas marinas, hijas de Poseidón. Cuando el dios de los mares y océanos se enteró, inundó el reino y envió un gran monstruo marino para castigarles. Tras varios días de horror, los consejeros del reino dictaminaron que los males se acabarían si la princesa Andrómeda era entregada al monstruo de Poseidón. Por ello, el reino entero forzó al rey Cefeo a tomar tan dolorosa decisión, teniendo que llevar a su hija junto a unas rocas frente al mar, dejándola sola y encadenada.
Casualmente, a la altura de las nubes, regresaba Perseo al hogar, y vislumbró desde los cielos la bella figura desnuda de una mujer frente al mar. El guerrero descendió para observarla mejor y entonces se percató de que la muchacha estaba atada con cadenas a las rocas, llorando y asustada. Cuando apenas le quedaban unos metros para estar a su lado, de las aguas emergió violentamente una enorme bestia con escamas. Andrómeda gritó aterrada, y Perseo no dudó un segundo en luchar contra la bestia, aunque fue una batalla corta, pues Perseo tenía en su poder la poderosa mirada de la górgona Medusa, que petrificó la instante al monstruo marino, que cayó al agua de manera estrepitosa. Y mientras las aguas aún permanecían agitadas, Perseo desencadenó a Andrómeda y al mirarse a los ojos supieron que estaban enamorados.
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