El osado Perseo

"Perseo con la cabeza de Medusa",
escultura de Benvenuto Cellini.

MITO DE PERSEO Y MEDUSA: Cuando Perseo era joven vivía con su madre Dánae en la isla de Sérifos, donde reinaba Polidectes. Este rey deseaba enormemente a Dánae por su belleza divina, pero no le reveló sus deseos, pues se sabía en la isla que toda la atención de Dánae era para su hijo Perseo. Así pues, el rey Polidectes decidió urdir una treta: invitó a numerosos hombres a su palacio y les pidió que ofrecieran un obsequio excepcional que ayudara al rey a lograr el matrimonio con la princesa Hipodamía. Muchos fueron los regalos propuestos, pero fue la osadía propia de la juventud de Perseo la que logró la atención del rey, pues el joven ofreció a Polidectes la cabeza de la górgona Medusa. Una peligrosa propuesta que el rey aceptó muy satisfecho.

Perseo inició su misión solo, pero se unieron a él la diosa Atenea y el dios Hermes para ofrecer su ayuda al hijo del gran dios Zeus. Le guiaron a una tierra árida donde encontró a las Grayas, tres ancianas hermanas de las Górgonas, a quienes obligó a darle información para encontrar a Medusa. Le enviaron a ver a unas ninfas, de las cuales recibió tres objetos: unas sandalias con alas, una bolsa mágica, el casco de Hades y una hoz. Una vez equipado con los objetos que le ayudarían a lograr su objetivo, voló hacia la isla en la que se encontraba la górgona Medusa, a la cual pudo acercarse gracias a la invisibilidad que le otorgaba el casco de Hades. Entonces Atenea y Hermes le advirtieron que debía apartar la mirada cuando atacara a Medusa, y así lo hizo: agarró su cabeza, la cortó y la introdujo rápidamente en la bolsa que le fue entregada, que le protegería de la mirada mortal de la górgona.

Tras varias aventuras, Perseo regresó al fin a la isla de Séfiros, y descubrió que su madre Dánae había tenido que refugiarse en un templo para huir del rey Polidectes, quien quería tomarla por la fuerza. Perseo fue furioso y veloz al palacio, donde el rey se encontraba celebrando un banquete que no duró mucho, pues Perseo sacó la cabeza de Medusa de su bolsa y convirtió en piedra a Polidectes. 

Cuando todo volvió a la calma, fueron devueltos a los dioses los objetos mágicos que Perseo recibió de las ninfas, y fue entregada la cabeza de Medusa a la diosa guerrera Atenea, quien la lleva en su escudo como protección.

Obras de arte sobre PERSEO

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